Políticamente antiretroincorrectos.

Estamos en el año 6 después de Jesús Gil. Todo el contenido de Mentalmente Divergentes está ligado a lo retro. ¿Todo? ¡¡¡NO!!! Un tema en concreto resiste todavía y siempre a la regresión. En la política lo retro no funciona señores. Aznar nunca rescató a la princesa Peach de manos del malvado camionero Francés. Amigos, llega la campaña y ya me ha llegado la primera carta de propaganda electoral. ¡¡¡¡¡FAC!!!!! No amigos, no me he vuelto loco, no intento saltarme la censura escribiendo palabrotas como se pronuncian en vez de como realmente se escriben. Aquellos que no seáis de Asturias a lo mejor no lo sabéis, pero, efectivamente, existe un partido llamado FAC. Para poneros un poco al día os diré que, a pesar de presumir de ser un partido plural (se hacen llamar Foro-Asturias) sólo uno de sus integrantes es un personaje reconocido. Nadie puede dar una lista de cinco miembros de este partido porque sólo Francisco Álvarez-Cascos, su máximo representante, era conocido por el electorado en las últimas elecciones autonómicas. De hecho, los más avispados ya se habrán dado cuenta de que FAC son las siglas de Francisco Álvarez-Cascos. Efectivamente señores, él es el partido. Pues bien, ustedes pensarán que una formación política con un nombre gracioso integrado por un único representante y cientos de personas que no dura mucho en el partido (¿olvidé decirlo? Normalmente el resto de militantes, casi todos desertores del PP, como el propio Cascos, tardan muy poco en huir despavoridos) no suele tener muchas oportunidades. Ya, pues la triste realidad es que este señor es el actual presidente del Principado de Asturias. Una escisión de un partido conservador con una formación inestable está gobernando sin mucha oposición. El resultado (de momento) es una radiotelevisión pública con recortes y unas malas relaciones con el gobierno del PSOE de Avilés que pueden acabar con un centro Niemeyer que, de recibir a Woody Alen y a Kevin Spacey podrían pasar a tener a Arturo Fernández como invitado.

Bien. Ahora que ya sabemos de qué tipo de gente hablamos, os comento que ya me ha llegado la papeleta a mi casa por si les quiero votar. Tengo un papel en la mano que se hace pasar por una carta, en la que el señor Cascos me habla de tú a tú, como cuando María Teresa Campos trataba con cercanía a las marujas amigas invitadas a su tertulia en los noventa. La primera línea dice así: “Estimada amiga, Estimado amigo:” Bien, y hasta aquí la primera línea. Alguien debería decirle al que escribió esto (que seguro que no fue Cascos, no porque el mozalbete no tenga faltas de ortografía, sino porque bastante tiene ya con hacerse fotos ilegales en minas abandonadas) que después de una coma no se ponen mayúsculas. Hay muchas variantes. Estimadas amigas y amigos (por si queremos conservar los géneros en el mismo orden para parecer interesados en el feminismo a pesar de haber sido parte de una política conservadora y machista), “Estimad@ amig@” para parecer más modernos y actuales, o simplemente tratar de ciudadanía al personal y no mentir ya desde antes de empezar a entrar en harina, porque señor Cascos, usted y yo no somos amigos.

Tras esto empieza el párrafo de las quejas. Viene a ser un “no gobernamos, así que todo va mal, así que vótanos a nosotros que aún no hemos tenido tiempo de cagarla”. Resaltan en negrita términos como “paro”, “seriamente preocupados”, “estancamiento”, “Autovía del Cantábrico” (no me extiendo con esto, pero los que seáis de aquí sabéis a lo que se refiere) y todo tipo de cosas que deberían hacernos pensar “¡meca meca meca la que se nos viene encima!”. Una vez que el miedo nos invade (por lo visto) nos plantan la gran oportunidad del siglo. El segundo párrafo empieza con “El 20 de noviembre, en las elecciones generales...” Esto viene al caso porque muchos de sus votantes el 20 de noviembre tienen también cita para ir a la misa por el alma de Franco. Así se ahorran crear confusiones con qué evento es el que están tratando en la citada misiva. Dictadores aparte el párrafo empieza a marcar en negrita un montón de términos positivos. Podemos ver cómo se resaltan expresiones como “para que Asturias cambie de rumbo” “Grupo Parlamentario Propio”, “los hechos” o “FORO”. Mi favorita de éste párrafo la reservé para el final porque no tiene desperdicio. Dice DOS VECES “somos personas de fiar”. Esto se debe a que pocos presidentes autonómicos pueden presumir de tener una oposición tan férrea debido a la poca confianza que inspira. Es un paritdo hecho con desertores y miembros expulsados de varios partidos de toda índole y aprovechados que supieron ver que este señor iba a ganar él sólo las elecciones. Luego, tras argumentar que están cumpliendo lo que prometieron te piden que les apoyes y que, “con el máximo respeto” a nuestras convicciones nos pide el voto (que es a lo que había venido este panfleto). El final es bastante soso, porque claro, todas las florituras venían para esto, y aquí son cristalinos. No han comentado cuáles son esos logros que han conseguido, no explican cómo van a solucionar todos esos problemas de los que hablaban al principio de la “carta”, pero desde luego la parte de “vótanos, que tenemos una cosa sin etiquetas que se llama política nueva para que no nos llames fachas” está más que clara.

(Foto extraída de Wikipedia. Propiedad del usuario "Chaser y registrada en Creative Commons)

La despedida es de lo más desternillante. Básicamente consiste en un “cordial saludo y un apretón de manos asturianas” y una firma pretendidamente escrita a mano, pero que me provoca la misma reacción que cuando de pequeño veía “Ultraman”. Ya sabéis, esa de “cómo se nota que todo es de mentira”.

Bien amigos, pues hasta aquí llega el show de FAC. Si sois más asturianos que Pelayo y os consideráis amigos de Cascos, ¡ya sabéis a quien tenéis que votar! Yo por mi parte voy a votar a Ultraman.

Génesis 22

22:1 Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí.
22:2 Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.

Hola compañeros, hoy continúo con mi fiebre videojueguil por ese "supergenero" que está ganando cada vez más adeptos: los juegos indie. En esta ocasión sobre todo la entrada viene motivada por la adquisición de un juego que tenía ganas de jugar desde su lanzamiento el 28 de Septiembre.

The Binding of Isaac

Juego de los creadores de Super Meat Boy que promete tanta diversión y dificultad como el anterior exito de sus creadores. La historia es sencilla, pero no os la contaré yo, dejaré que lo haga la propia intro del juego:

Ante esta macabra tesitura se nos presenta un juego con elementos de exploración por sus aleatorias mazmorras al estilo Zelda (de hecho el minimapa es idéntico) mezclado con shooter y en el cual tendremos que ir derrotando a nuestros enemigos con habilidad y alguna que otra mejora que nos encontraremos por el camino. El mayor problema y donde reside la dificultad del juego es el hecho de que si te mueres tienes que volver a empezar. Este titulo desquiciantemente adictivo y dificil puede ser adquirido a un precio muy razonable en: http://www.humblebundle.com/

INDEFENDIBLES!!! Armageddon.

¡No intente resintonizar su monitor! ¡Esta es una nueva sección de la que no podrá escapar! ¡Huid insensatos!

Advertencia: las afirmaciones aquí vertidas no tienen por qué ser compartidas por el resto de los miembros del blog, y dada la naturaleza de esta sección, es bastante probable que nadie más la comparta. Usted está aquí bajo su propia responsabilidad, todo lo que pase de aquí en adelante serán puras risas sin sentido alguno. Si continúa leytendo estará aceptando todo esto o simplemente estará intentando llegar a lo importante y saltarse la paja (del artículo. Cada uno con su vida que haga lo que quiera).

Bien amigos, tras esta introducción y esta falsa advertencia tengo el placer de inaugurar una nueva sección que irá enriqueciendo este santo blog. “Indefendibles” estará abierta para que cualquier miembro exponga las razones por las que disfruta con cualquier tipo de entretenimiento,. Hablaremos de las grandes obras de Uwe Boll, de los grandes fiascos de series que duraron horas, de videojuegos que causaron rabia y dolor en proporciones bíblicas (no os preocupéis, hasta donde yo sé, nadie va a defender el juego de E.T. Para NES) y todo tipo de personajes y eventos que figurarán para siempre como lo peor de lo peor.

Quiero empezar para la película que me dió la idea de empezar esta sección. Armageddon. Sí amigos, la gran obra de Michael Bay, a quien muchos conoceréis por la (de momento) trilogía de Transformers. Protagonizada por Bruce Willis y contando con grandes estrellas de Hollywood como Ben Affleck, fue tildada de chauvinista simplona y símbolo del comienzo de la decadencia de Aerosmith, tanto por su intervención en la banda sonora con “I Don't Want to Miss a Thing” como por el papel de “única chica en la peli puesta ahí con el único propósito de hacer que haya un romance ñoño” La bandera americana aparecía más veces que algunos personajes, y, por supuesto, el Gobierno de los EEUU tenía un papel crucial para salvar a toda la humanidad de un terrible, monstruoso y comunista meteorito. Las secuencias de “me supero a mí mismo y así de paso os enseño lo que significa ser un héroe AMERICANO) irritaron al gran público y causaron ríos de tinta haciendo que todos los que tomaron parte en la película agradecieran que en el año 1998 Internet no estuviera tan masificado como ahora y que escribir en un blog no fuera tan fácil como en la siguiente década. ¿Tienen razón todos aquellos que atacaron a esta película y que en sueños prendieron fuego a Bay? Quizá, pero el caso es que a mí me gustó, y tengo un par de cosas que decir en lo que respecta a esas críticas. Amigos, comienza el meollo del artículo, LOS QUE DEJÁSTEIS DE LEER HACE RATO PODÉIS EMPEZAR POR AQUÍ, QUE ES DONDE VOY AL GRANO. Bien, empecemos por comentar las principales críticas.

Americanismo absurdo: cierto es que el sentimiento patriota típico en este tipo de películas está por todas partes, peeeeeero, en esta película también nos muestran una parte negativa de los EEUU que otras veces se saltan. De hecho cuando la NASA roba los planos de Harry Stamper (Bruce Willis) para hacer el trabajo por su cuenta, lo hacen mal, y a partir de ahí vemos una y otra vez cómo los militares quedan una y otra vez representados como una panda de señores autoritarios que poco o nada ayudan a resolver el problema. Uno de los compañeros de Harry es Oso (Michael Clarke Duncan). Posiblemente el único motero sureño negro del mundo. Un personaje que debería ser sonrojante para el típico “americano de bien” que cree que las grandes carreteras de Texas son un símbolo de libertad para todos, ignorando el racismo que, desgraciadamente amigos, sigue existiendo en todo el mundo.

Heroísmo por los cuatro costados: Los protas son los buenos y una amenaza que aparece en la Biblia es un mal que nos afecta a todos. Pensemos una cosa. ¿Son los tripulantes de las dos naves encargadas de llevarlos hasta allí los típicos héroes perfectos que deben servir de ejemplo? Tenemos jugadores, aficionados a la bebida, divorciados, consumidores de tranquilizantes (para animales) y a Steve Buscemi. Vale, esto es simplemente para que tenga unos minutos de humor y nos podamos identificar con alguno de estos “héroes”, pero recordemos que todos ellos llevan la contraria a los cánones establecidos, y son el tipo de gente que uno trata de evitar en el cine comercial.

Momentos lacrimógenos: Vaaaale, existen. Escenas con banda sonora (por cierto, excelente) conmovedora y tíos grandullones llorando en plan sensiblero. Quizá olvidamos que es cine comercial y que estas cosas apuntan directamente a la patata. Esperar que una película así no vaya a tener estos momentos es como querer que Disney se pase cinco años sin que ningún personaje pierda a sus padres.


Finalmente, déjenme decirles, señor@s que lo de usar la arroba para no discriminar géneros es absurdo, y que una peli en la que Bruce Willis persigue a Ben Affleck con una recortada sólo puede tener un defecto: la falta de puntería del prota de “La Jungla de Cristal”.