martes, 1 de noviembre de 2011

INDEFENDIBLES!!! Armageddon.

¡No intente resintonizar su monitor! ¡Esta es una nueva sección de la que no podrá escapar! ¡Huid insensatos!

Advertencia: las afirmaciones aquí vertidas no tienen por qué ser compartidas por el resto de los miembros del blog, y dada la naturaleza de esta sección, es bastante probable que nadie más la comparta. Usted está aquí bajo su propia responsabilidad, todo lo que pase de aquí en adelante serán puras risas sin sentido alguno. Si continúa leytendo estará aceptando todo esto o simplemente estará intentando llegar a lo importante y saltarse la paja (del artículo. Cada uno con su vida que haga lo que quiera).




Bien amigos, tras esta introducción y esta falsa advertencia tengo el placer de inaugurar una nueva sección que irá enriqueciendo este santo blog. “Indefendibles” estará abierta para que cualquier miembro exponga las razones por las que disfruta con cualquier tipo de entretenimiento,. Hablaremos de las grandes obras de Uwe Boll, de los grandes fiascos de series que duraron horas, de videojuegos que causaron rabia y dolor en proporciones bíblicas (no os preocupéis, hasta donde yo sé, nadie va a defender el juego de E.T. Para NES) y todo tipo de personajes y eventos que figurarán para siempre como lo peor de lo peor.

Quiero empezar para la película que me dió la idea de empezar esta sección. Armageddon. Sí amigos, la gran obra de Michael Bay, a quien muchos conoceréis por la (de momento) trilogía de Transformers. Protagonizada por Bruce Willis y contando con grandes estrellas de Hollywood como Ben Affleck, fue tildada de chauvinista simplona y símbolo del comienzo de la decadencia de Aerosmith, tanto por su intervención en la banda sonora con “I Don't Want to Miss a Thing” como por el papel de “única chica en la peli puesta ahí con el único propósito de hacer que haya un romance ñoño” La bandera americana aparecía más veces que algunos personajes, y, por supuesto, el Gobierno de los EEUU tenía un papel crucial para salvar a toda la humanidad de un terrible, monstruoso y comunista meteorito. Las secuencias de “me supero a mí mismo y así de paso os enseño lo que significa ser un héroe AMERICANO) irritaron al gran público y causaron ríos de tinta haciendo que todos los que tomaron parte en la película agradecieran que en el año 1998 Internet no estuviera tan masificado como ahora y que escribir en un blog no fuera tan fácil como en la siguiente década. ¿Tienen razón todos aquellos que atacaron a esta película y que en sueños prendieron fuego a Bay? Quizá, pero el caso es que a mí me gustó, y tengo un par de cosas que decir en lo que respecta a esas críticas. Amigos, comienza el meollo del artículo, LOS QUE DEJÁSTEIS DE LEER HACE RATO PODÉIS EMPEZAR POR AQUÍ, QUE ES DONDE VOY AL GRANO. Bien, empecemos por comentar las principales críticas.




Americanismo absurdo: cierto es que el sentimiento patriota típico en este tipo de películas está por todas partes, peeeeeero, en esta película también nos muestran una parte negativa de los EEUU que otras veces se saltan. De hecho cuando la NASA roba los planos de Harry Stamper (Bruce Willis) para hacer el trabajo por su cuenta, lo hacen mal, y a partir de ahí vemos una y otra vez cómo los militares quedan una y otra vez representados como una panda de señores autoritarios que poco o nada ayudan a resolver el problema. Uno de los compañeros de Harry es Oso (Michael Clarke Duncan). Posiblemente el único motero sureño negro del mundo. Un personaje que debería ser sonrojante para el típico “americano de bien” que cree que las grandes carreteras de Texas son un símbolo de libertad para todos, ignorando el racismo que, desgraciadamente amigos, sigue existiendo en todo el mundo.

Heroísmo por los cuatro costados: Los protas son los buenos y una amenaza que aparece en la Biblia es un mal que nos afecta a todos. Pensemos una cosa. ¿Son los tripulantes de las dos naves encargadas de llevarlos hasta allí los típicos héroes perfectos que deben servir de ejemplo? Tenemos jugadores, aficionados a la bebida, divorciados, consumidores de tranquilizantes (para animales) y a Steve Buscemi. Vale, esto es simplemente para que tenga unos minutos de humor y nos podamos identificar con alguno de estos “héroes”, pero recordemos que todos ellos llevan la contraria a los cánones establecidos, y son el tipo de gente que uno trata de evitar en el cine comercial.

Momentos lacrimógenos: Vaaaale, existen. Escenas con banda sonora (por cierto, excelente) conmovedora y tíos grandullones llorando en plan sensiblero. Quizá olvidamos que es cine comercial y que estas cosas apuntan directamente a la patata. Esperar que una película así no vaya a tener estos momentos es como querer que Disney se pase cinco años sin que ningún personaje pierda a sus padres.


Finalmente, déjenme decirles, señor@s que lo de usar la arroba para no discriminar géneros es absurdo, y que una peli en la que Bruce Willis persigue a Ben Affleck con una recortada sólo puede tener un defecto: la falta de puntería del prota de “La Jungla de Cristal”.

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