jueves, 15 de septiembre de 2011

Seamos serios

SEAMOS METÓDICOS


“Análisis serio”. Seguro que cualquiera de ustedes ha leído, escuchado o sentido a través de La Fuerza estas dos palabras en cualquier blog, revista, página web o parte trasera de una bolsa de panchitos. Antes quizá no fuera necesario ser metódico para hablar de una serie sobre un gorila que quiere escapar de la tienda donde está encerrado, pero eso ha cambiado. No deja de ser sorprendente ver cómo hemos tratado de traer disciplina y sistematicidad a todo aquello que antes se arreglaba con un “Hulk es muy fuerte, pero mi padre le puede”. Esto ha llevado a algunas mentes al límite. Hablamos de cálculos concienzudos para saber cuánto medían los campos de fútbol en Oliver y Benji teniendo en cuenta la curvatura de la Tierra o discusiones a cerca de si la sangre de dinosaurio alojada en un mosquito atrapado en ámbar (véase que lo escribo con minúscula, así que no me refiero a uno de los nombres artísticos de la famosa alienígena cantante) podría contener aún una cadena completa de ADN. Me he reído muchísimo con este tipo de cosas desde que empezaron a aparecer, pero siempre me he reído más de la gente que se las tomaba en serio. Últimamente empiezo a plantearme que quizá me equivoque, y que hay que ir pensando en que algún día “Dragones y Mazmorras” se convertirá en una manifestación cultural de la misma manera que en su día una lata de sopa se convirtió en un icono de la cultura pop. He decidido ponerme al día y sumarme al esfuerzo de convertir esto en algo serio.

Para empezar, voy a aportar mi granito de arena para dar una pista a los historiadores que en su día tengan que llegar a explicar los orígenes de la civilización nerdofriki. Una de las preocupaciones principales de un historiador son las fuentes. A no ser que el historiador viva en la calle y tenga que lavarse/refrescarse en medio de una plaza/rotonda, las únicas fuentes que le preocuparán serán las de información. Textos escritos, grabaciones en vídeo, pronunciamientos de Aristóteles al respecto o simplemente algo sacado de internet son las vías por las cuales circula todo lo que uno tiene que saber sobre la fauna que merodea las tiendas de cómic de cualquier ciudad. En este punto surgen varias preguntas que iremos desgranando poco a poco. ¿Hay fuentes escritas anteriores a internet? ¿Podemos explicar los comportamientos actuales con testimonios de una época en la que el ser humano vivía bajo condiciones tan salvajes como tener que escribir a mano? Pues bien, he encontrado la respuesta a estas preguntas y pienso compartirlas con vosotros.

Antes de que contempláramos si quiera la posibilidad de enviar un mensaje de texto de un lugar a otro de manera inmediata (para dejarlo con nuestra “chorba”) ya había indicios de lo que ocurriría unos años más tarde. Hablo de las secciones de correo de las revistas de cómics a las cuales cualquier niño o adolescente podía escribir. Tengo en mi poder una revista del año 92 (1992 por supuesto, no me refiero al siglo primero D.C, aunque empiezo a darme cuenta de que hubiera sido mucho más fácil escribir 1992 directamente en vez de explicarlo después, pero retroceder es de cobardes) en la que personajes como Mortadelo, o Anacleto hacen mucha risa porque tienen nombres raros y siempre se equivocan. En ella, hay una sección como la antes mencionada, y he decidido analizarla para exponer las conclusiones a las que he llegado.

No voy a desvelar los nombres originales, porque seguro que a los autores de las cartas no les importa una mierda este blog ni a la editorial se la suda que desvelemos el contenido de una revista de hace 20 años. Empecemos por decir que TODOS los que escriben a esta revista dicen que son muy majos y que quieren conocer a gente de su edad. Obviando el cierto parecido que tiene esto con una sección de contactos de un periódico, podemos ir viendo las peculiaridades de cada carta.

En la primera misiva el único propósito es el de conocer gente. Magnolia Greyskull se define como una persona supersimpática y dinámica. Claro precedente de discurso vacío de contenido y lleno de palabras raras que luego haría suyo Leticia Sabater.

En el segundo caso tenemos a Raimunda Mitrillo, quien añade una lista de las cosas que colecciona, tales como calendarios, postales y esos sobres de colores que olían a hostias fresa. En este caso, su correcta prosa y su gusto por el papel con corazones me hace pensar que a día de hoy Raimunda disfruta de una vida normal, ordenada y muy poco ninja.

¡Llegamos al primer varón! Anselmo es un fan incondicional de Bom Bom Chip (empezamos bien...) y afirma tener una gran cantidad de material del celebérrimo grupo. Camisetas, mochilas, estuches y todo tipo de artilugios acompañan a un grupo de culto, consagrado y digno de reconocimiento. Hablamos de un proto-grupi amigos, una parte fascinante de este mundillo.

¿Un dibujo! Un dibujo “currao” de Mortadelo preside la página. A su lado el nombre de su autor (no me apetece seguir pensando nombres, llamadle igual que vuestro primer profesor de matemáticas) aparece en grande y con letras más llamativas que la camiseta del Borussia de Dortmund. Seguro que este éxito personal le llevó a participar en algún fanzine.

La tercera carta es muy breve. Consta del nombre de su autor y un chiste. Este clavo ardiendo al que se aferra el remitente dió lugar al concepto de “me hago el gracioso, que así ligo de una puta vez más”. A día de hoy, su autor bien podría ser un Luis Piedrahíta o un Flipy. Cualquier aficionado a los monólogos puede reconocer el estilo de este texto. Para vuestra desgracia no desvelaré el nombre de su autor. Me llevaré el secreto a la tumba y a mí no me podéis sacar del cementario con una carta que baja con tres tierras.

Como último mensaje, Apolonio Price Paralotodo se confiesa un loco de Mortadelo. Este tipo negará haber leído nada de Ibáñez en unos años, y sólo confesará su adicción a Alan Moore y a escritores serios. Auténticas mentes privilegiadas que escriben novela además de guionizar cómics. También defenderá a capa y espada que él lee cómics, no tebeos.

Pues bien amigos, ahí lo tienen. Este es el prototipo de una red social, en la cual uno expresa sus inquietudes y sus anhelos. Buscan un sitio en el que puedan intercambiar fluidos fotos y conocer gente que viva lejos, porque queda guay decir que tienes un amigo en Roquetas de Mar (a no ser que vivas allí, en cuyo caso tu compadre tendrá que ser natural de Pontevedra como mínimo). En siguientes posts iré analizando poco a poco los precedentes de la cultura friki de una manera precisa y haré un acercamiento lo más científico posible. Si os gusta bienvenidos, y, si no... ¡¡¡haberos quedao en el “Hulk es muy fuerte pero mi padre le puede”!!!

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